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Puntos de referencia que afectan la frecuencia del pulso
La frecuencia con la que late el corazón varía con la edad, el tamaño y el peso del paciente. La tasa normal para un adulto es de 60 a 80 latidos por minuto. Las cifras para niños varían según el tamaño y la edad del niño. El pulso de un bebé oscila entre 120 y 140 latidos por minuto. Las mujeres tienen una tasa promedio ligeramente más alta que los hombres.

La actividad afecta la frecuencia del pulso. El ejercicio o el trabajo físico intenso hacen que el corazón lata más rápido y que la frecuencia del pulso aumente. La emoción, la ira y el miedo aumentan la tasa. Algunas drogas, como la cafeína, también pueden aumentar la frecuencia del pulso.

Si el paciente tiene fiebre, la frecuencia del pulso aumenta en proporción a la temperatura del cuerpo: la frecuencia del pulso aumenta aproximadamente 10 latidos por cada 1ºF (0.56ºC). Estas condiciones causan un aumento temporal en los latidos del corazón y la frecuencia del pulso.

El ritmo cardíaco y el pulso que están constantemente por encima de lo normal pueden ser un signo de enfermedad cardíaca, insuficiencia cardíaca, hemorragia, una glándula tiroides hiperactiva o alguna otra alteración grave.

El término para latidos cardíacos anormalmente rápidos es taquicardia.

Cuando el latido cardíaco es continuamente lento, por debajo de 60 por minuto, la condición se llama bradicardia.