Lamina 5/7

Valoración de la piel

La piel debe sentirse tibia a fría, y las áreas deben sentirse igual bilateralmente. La evaluación física de la piel considera los siguientes aspectos; textura, consistencia, temperatura, humedad y turgencia.

La textura de la piel se refiere a la suavidad o aspereza. La consistencia se refiere a cambios en el grosor o firmeza de la piel y se relaciona más con los cambios asociados con las lesiones. Observe al paciente desde la distancia, observando la complexión, el color general y la apariencia general.

La piel normal generalmente retoma su forma plana de inmediato. Una decoloración azulada se debe a la falta de oxígeno en la sangre. Un tono de piel amarillo (ictericia) indica disfunción hepática. Tenga en cuenta la pigmentación (áreas claras y oscuras en comparación con el resto de la piel), pecas y lunares.

Evalúe la turgencia agarrando y tirando suavemente de un pliegue de piel, liberándolo y observando qué tan rápido vuelve a su forma normal. La mala turgencia puede indicar deshidratación y trastornos del tejido conectivo.

Valoración del cabello

Es necesario evaluar la cantidad, textura, color y distribución del cabello. Frote algunas hebras del cabello del paciente entre su dedo índice y pulgar. Siente el cabello en busca de sequedad, fragilidad, grasa y grosor.

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